«Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.»¿O no?
Una persona con discapacidad queda automáticamente descartada cuando el empleo le obliga a trabajar en un edificio al cual no tiene posibilidades de acceso.
Se niega al niño indígena el derecho a aprender su propio idioma como parte de la enseñanza ordinaria.
¿Cuándo no has sido discriminado por tu color de piel, sexo, nacionalidad, orientación social, religión, tu forma de pensar, tu origen, tu físico, forma de vestir, su status económico y social.?
Las personas que no han sufrido discriminación a menudo no logran comprender el sufrimiento y la humillación que ésta representa para sus semejantes, como tampoco comprenden siempre a cabalidad el efecto tan destructivo que tiene la discriminación en la sociedad en general.
La discriminación genera desconfianza, resentimiento, violencia, crimen e inseguridad, y en el ámbito económico, sólo tiene repercusiones negativas al disminuir la productividad. Es decir, la discriminación no representa beneficio alguno para la sociedad; sin embargo, se puede decir que casi todos nosotros continuamos practicándola de una forma u otra, muchas veces a modo de reflejo inconsciente, sin tan siquiera percatarnos de lo que hacemos.
En todo el mundo, millones de personas mantienen una lucha diaria contra la discriminación, tanto de manera directa, valiéndose de las leyes y la policía, como indirecta, rechazando actitudes y prejuicios sociales. En casos extremos, esa discriminación ha dado lugar incluso a políticas de depuración étnica y genocidio como en Ruanda, Yugoslavia y Sudan.
Sin embargo, en los últimos tiempos se han logrado muchos éxitos, desde el derrocamiento del régimen de apartheid en Sudáfrica hasta la aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y el reconocimiento del derecho al voto de la mujer en muchos países, lo que debería servirnos de aliciente porque demuestra que se puede luchar contra la desigualdad y la discriminación y erradicarlas.
El 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, es el día por excelencia para promover de ahora en adelante la diversidad y a terminar la discriminación, sobre todo en lo que a nuestra profesión nos corresponde: ¡evitar la discriminación hacia las personas con discapacidad!.
Porque lo difícil no es como los llamamos (minusválidos, discapacitados, bla, bla, bla) sino como los TRATAMOS
No se trata de hacer de estos días fechas de celebración,sino de asumirlos como ocasión para traer a la mente y al corazón las realidades del ser humano en problemas, demandas o situaciones aún difíciles para hacer humano el mundo que nos toca realizar y vivir.
La UNICEF, promotora del Día Internacional de las Personas con Discapacidad nos recuerda que al menos uno de cada 10 habitantes del mundo tiene discapacidad física o mental en la actualidad.
Una Historia Para ver y REFLEXIONAR...SI SE PUEDE
"Que este mes y los que siguen, sean propicios para que superemos nuestras discapacidades sociales, luchemos por hacer reales la vivencia de los derechos humanos y nos den momentos de lucidez y entusiasmo para que la Navidad y la entrada de un nuevo año tengan sentido en nuestro mundo. "
Dr. Luis Benavides
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