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sábado, 8 de febrero de 2014

Enfermedad Cardiovascular en la Mujer.

Estando en la semana del Día de Vestir Rojo (National Wear Red Day), donde se trata de  concienciar a las mujeres sobre las enfermedades cardiovasculares y aportando un granito de arena, compartiré información que seguro será de utilidad no sólo como Fisioterapeutas sino como integrantes de una sociedad. 


Sobre el Día Nacional de Vestir de Rojo:
El color rojo está siempre de moda, pero no hay mejor día para vestirlo que el viernes 1 de febrero. Cada año, el primer viernes del mes de febrero, se celebra el Día Nacional de Vestir de Rojo para alertar sobre las enfermedades del corazón, la causa #1 de muerte en las mujeres en Estados Unidos. 

El Día Nacional de Vestir de Rojo le recuerda a las mujeres y a sus seres queridos que es importante tomar acción en contra de las enfermedades del corazón, y las motiva a comer sano, mantenerse activas físicamente, no fumar y a hablar con su doctor sobre los factores de riesgo.



Las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen uno de los principales problemas de salud tanto en los países desarrollados como en los que están en vía de desarrollo y siguen siendo la primera causa de muerte a nivel mundial; se estima que la ECV será en la próxima década la principal causa de muerte en el mundo y de pérdida de años de vida ajustados respecto a la discapacidad.

Es importante mencionar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares a nivel mundial, a menudo consideradas un problema "masculino", son la principal causa de mortalidad entre las mujeres (OMS, 2009) y por ello lo importante de esta campaña educativa, pues Las enfermedades cardiovasculares no son un problema de salud que afecte exclusivamente a los varones. De los 16,5 millones de personas que fallecen cada año de estas enfermedades, 8.6 millones son mujeres, y los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares se cobran entre las mujeres dos veces más vidas que todos los cánceres femeninos juntos.




Respecto a América Latina, las enfermedades cardiovasculares son la causa más importante de invalidez y muerte en hombres y mujeres. Según los datos expuestos en el Congreso Mundial de Cardiología 2008, celebrado en Buenos Aires, las enfermedades cardiovasculares originan, en la actualidad, el 31% de las muertes en Latinoamérica. Según el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) de la República Bolivariana de Venezuela, en su Anuario de Mortalidad del 2008, las enfermedades del corazón ocupan el primer lugar con el 20,61% mientras que las enfermedades cerebrovasculares ocupan la cuarta posición, antecedidas por el cáncer, suicidios-homicidios y accidentes de tránsito.

Siguiendo con las estadísticas de la ECV en otras latitudes, se encuentra por ejemplo, que el continente Europeo no escapa de la realidad antes descrita, donde a pesar de que  la mortalidad por enfermedades cardiovasculares “ha mostrado una tendencia decreciente en los países desarrollados, confirmada, éstas siguen siendo la principal causa de muerte, en especial la cardiopatía isquémica y la enfermedad cerebrovascular” . Para Europa, considerando el sexo, la ECV es también la primera causa de muerte en las mujeres (55%), afectando al sexo femenino en mayor medida que a la población masculina.


Las enfermedades cardiovasculares tienen distinta incidencia, evolución y pronóstico en la población en función del sexo; sin embargo, hasta hace pocos años, ni la sociedad ni los facultativos han asumido estas diferencias, perjudicando significativamente a la mujer, de nuevo he aquí la importancia de esta campaña. 

Considerando lo anterior, voy a ser concreta en algunas puntos importantes...LOS FACTORES DE RIESGO.

Factores de Riesgo Cardiovascular en la Mujer.

Los FRCV más importantes y clásicos son similares en ambos sexos, sin embargo hay diferencias probadas en algunos de ellos (Murga et al., 2006). Los FRCV se pueden dividir en: a) factores no modificables y b) factores modificables. Actualmente se consideran también los efectos contribuyentes.
           
  Factores de Riesgo No Modificables.

Son aquellos factores que como muy bien su nombre dice, no pueden ser cambiados.

         

Edad y Sexo: A medida que avancen los años de vida, la actividad cardíaca tiende a deteriorarse: (a) el corazón puede que aumente el grosor de sus paredes, (b) las arterias pueden endurecerse y (c) perder su flexibilidad; cambios que traen como consecuencia que el corazón no pueda bombear eficientemente la sangre hacia los músculos-esqueléticos, de modo que el riesgo cardiovascular aumenta con la edad y los consecuentes cambios. En las mujeres mayores de 65 años de edad, el riesgo cardiovascular es aproximadamente igual que el de los hombres a la misma edad, debido a que antes, gracias a sus hormonas sexuales, las mujeres se encuentran protegidas hasta la edad de la menopausia. Ajustando las tasas de mortalidad cardiovascular relacionadas por edad y las tasas específicas de las mismas, son mayores en los varones (hasta los 85); sin embargo, la mortalidad proporcional, las tasas brutas de mortalidad y número absoluto de muertes son superiores en las mujeres.

 Factores Hereditarios y Antecedentes Familiares. Las enfermedades del corazón tienen un gran componente hereditario. Los hijos(as) de padres que padecieron algún problema cardíaco o circulatorio, especialmente madres con edades aproximadas a los 55 y padres a los 65 años de edad, tendrán un mayor riesgo cardiovascular que alguien que no tenga esos antecedentes familiares; así como si los padres sufren de hipertensión, tendrán mayor probabilidad de desarrollarla, condición que se repite con la diabetes, obesidad e hipercolesterolemia familiar.


Factores de riesgo modificables. 


  
       Diabetes Millitus (DM) Es considerado un potente predictor de riesgo cardiovascular                            en las mujeres, es el más común y tiende a incrementar de 3 a 7 veces las posibilidad de presentar una enfermedad coronaria, en comparación a con los varones que es de 2-3 veces.





Obesidad  Este factor e inclusive el exceso de peso predisponen de forma importante a las mujeres  para una ECV. La obesidad en las mujeres se considera igual a la masculina en la quinta década de vida, pero la supera en la sexta década, es decir, el peso corporal aumenta con   la edad en ambos sexos, pero el ritmo de aumento en la mujer es más acelerado, sobre  todo luego de los 60 años.


                                 

Hipertensión Arterial (HTA) Si bien se sabe que la TA aumenta con la edad en    ambos sexos, en el caso de las mujeres por el componente hormonal su comportamiento cambia. En la etapa premenopáusica las  mujeres tienen niveles menores que los hombres, pero en la etapa menopáusica y mucho después de ésta, los valores                       tienden a elevarse y superar los valores de los hombres.




  Los valores del colesterol Son predictores importantes  de riesgo de enfermedad cardíaca en la mujer de manera especial. Los niveles bajos de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (cHDL) es uno de los más importantes predictores, especialmente en edades superiores a los 65 años, es decir, cuanto más elevado el nivel de cHDL en las mujeres, menor será la probabilidad de sufrir una ECV; sin embargo, después de la menopausia por la disminución de los estrógenos (que cuando están presentes aumentan los niveles de cHDL), estos niveles descienden por lo que se incrementa el riesgo de padecer de una ECV, aproximadamente después de los 65 años como ya se mencionó antes.



           Tabaquismo  El riesgo de sufrir de cardiopatía isquémica es más del doble que en los no fumadores. Aunque el consumo es menor en mujeres que en varones, el hábito comienza antes en el sector femenino. Estudios demuestran que el consumo de cigarrillos combinado con el uso de anticonceptivos orales han aumentan el riesgo de sufrir ECV.




Síndrome metabólico (SM) y condiciones asociadas: Aunque comparte características etiopatogénicas comunes con la DM, éste síndrome constituy un FRCV independiente para las ECV. El SM incrementa el riesgo de cardiopatía isquémica en las mujeres. 


 Inflamación En los tiempos recientes ha cobrado real importancia como FRCV para el desarrollo de las cardiopatías isquémicas en las mujeres:El estudio WHS (Women`s Health Study) consideró a la proteína C reactiva  (PCr) como un factor pronóstico independiente de enfermedad cardiovascular. Las mujeres con niveles elevados de PCr presentaron un riesgo entre cinco y siete veces mayor de sufrir eventos cardiovasculares adversos durante un período de seguimiento de tres años. El estudio JUPITER, recientemente publicado, ha identificado claramente el rol de la PCR ultrasensible como marcador de eventos cardiovasculares adversos.” 

Existen otros factores de riesgo como: frecuencia cardíaca, enfermedad renal crónica y el sedentarismo, que no tienen mucha diferencia en su comportamiento relacionado con el sexo.


Factores Contribuyentes:

     Factores Psicosociales Aunque las pruebas científicas sobre el papel del estrés en la ECV son menos sólidas y ha sido menos estudiado que los factores anteriores, se considera un factor contribuyente en ambos sexos. Algunos estudios han demostrado  que el estrés en el trabajo está asociado a una mayor probabilidad de eventos coronarios en hombres, sin embargo, hay pocos estudios de este aspecto en mujeres 

   Estrógenos Endógenos Como se ha hecho mención anteriormente, las hormonas sexuales tienen un efecto protector, que va desapareciendo paulatinamente después de la menopausia, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca.

  Anticonceptivos Orales Aumentan ligeramente el riesgo de cardiopatía isquémica en mujeres premenopaúsicas, riesgo que aumenta abismalmente si la mujer es fumadora, diabética o hipertensa. El riesgo es mayor en mujeres de 35 años.

  Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) Esta condición propia de la mujer eleva el riesgo cardiovascular sobre todo si va asociado a la obesidad y diabetes.


A pesar de las estidísticas y todo lo escrito aquí, la mayor parte de la evidencia en la que se basa la actuación médica actual se ha obtenido a partir de estudios con una mayor participación masculina. Hasta hace poco, los registros promovidos por Instituciones científicas, así como los ensayos clínicos de intervención, han incluido una mínima proporción de mujeres. 


Tomando en cuenta lo anterior, recientemente, se ha adoptado en diversas instituciones, asociaciones y entes vinculados al área, una política de estimular la inclusión de mujeres en los ensayos clínicos. En esta misma dirección, también hay algunas iniciativas editoriales recientes, adoptadas por muchas revistas cardiovasculares, que señalan que se presenten de forma explícita y detallada los datos y los resultados de la población femenina incluida en cada estudio.

Apoyando esto, dejo la presentación realizada para las Jornadas de Colegio de Fisioterapeutas de Catalunya (España): Fisioterapia TIC 2.0 que trata sobre la la utilización de la frecuencia cardíaca de recuperación como variable que permita valorar la capacidad física de mujeres con enfermedad cardiovascular, participantes en un programa ambulatorio de Rehabilitación Cardíaca, a fin de evaluar su utilidad práctica en el manejo de esta población... trabajo que fue escogido igualmente en el años 2012 para ser presentado en el III Congreso de Fisioterapia de la WCPT-SAR Región Latinoamérica.






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