La artroplastia de rodilla es hoy en día una de las intervenciones más eficientes y consolidadas en el campo de la cirugía ortopédica. En la mayor parte de los pacientes que son sometidos a este tipo de cirugía se obtienen unos buenos resultados funcionales e importante mejoría del dolor. El avance tecnológico ha conseguido una cada vez mayor longevidad de la prótesis, lo que junto con el progresivo asentamiento de las prótesis unicompartimentales en artrosis no demasiado evolucionada han hecho de esta intervención una opción terapéutica cada vez menos limitada por razones de edad, mejorando cada vez más la calidad de vida de adultos y adultos mayores, manteniendo su actividad funcional y participación en la sociedad.
La prótesis de rodilla se perfecciona desde hace más de cien años y en la actualidad es parte de una intervención quirúrgica confiable cuyos beneficios para el paciente son inexistencia de dolor, movilidad y estabilidad. El reemplazo protésico puede ocupar uno o más compartimientos de la rodilla: prótesis femorotibial unicompartimental, femoropatelar y total.
Las complicaciones postoperatorias precoces son: sepsis, dehiscencias o necrosis de las cicatrices y alteraciones tromboembólicas. De manera más tardía pueden aparecer complicaciones rotulianas en forma de fractura, inestabilidad, rotura del tendón rotuliano o Clunk syndrome (síndrome del «clunk» patelar); inestabilidad frontal o sagital residual; aflojamiento aséptico; desgaste del polietileno.
El objetivo de la rehabilitación es la recuperación funcional, lo cual implica alcanzar una movilidad suficiente (de 0 a 110) y un control muscular que facilite el apoyo monopodálico estable. Los trastornos tróficos postoperatorios necesitan tratamiento y vigilancia médica atenta para detectar sepsis, algodistrofia o flebitis. La fisioterapia se debe fraccionar durante el día. No se debe utilizar ninguna técnica agresiva y los métodos de fortalecimiento muscular deben otorgar privilegio a la cadena cerrada. Por último, los ejercicios propioceptivos en carga son fundamentales para garantizar la función de marcha y la longevidad del implante protésico.
Así mismo, a la hora de la Rehabilitación hay una evidencia 1A de que El movimiento pasivo continuo combinado con fisioterapia ofrece resultados beneficiosos comparado con la fisioterapia sola en la rehabilitación a corto plazo posterior a una artroplastia total de rodilla. Recordando que el movimiento pasivo continuo se aplica mediante un aparato utilizado con frecuencia después de una artroplastia de rodilla. La revisión de 14 estudios (952 participantes) encontró mejoras significativas en la flexión activa de la rodilla y en el uso de analgésicos a las dos semanas posteriores a la cirugía al utilizar movimiento pasivo continuo y fisioterapia comparados con fisioterapia sola. Además, la duración de la estancia hospitalaria y la necesidad de manipulaciones en la rodilla disminuyeron significativamente en el grupo de movimiento pasivo continuo. El movimiento pasivo continuo combinado con fisioterapia puede ofrecer resultados beneficiosos para los pacientes que experimentaron una artroplastia de rodilla. Sin embargo, será necesario analizar cuidadosamente los beneficios potenciales frente a la inconveniencia y los gastos que implica el MPC (movimiento pasivo continuo). Milne S, Brosseau L, Robinson V., Noel MJ, Davis J, Drouin H, Wells G, Tugwell P. Movimiento pasivo continuo posterior a la artroplastia total de rodilla. 2008. Revisión Traducida.
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